“Conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata ad
cognitionem certam perveni vires meas ingravescente aetate non iam aptas esse
ad munus Petrinum aeque administrandum.
Bene conscius sum hoc munus
secundum suam essentiam spiritualem non solum agendo et loquendo exsequi
debere, sed non minus patiendo et orando. Attamen in mundo nostri temporis
rapidis mutationibus subiecto et quaestionibus magni ponderis pro vita fidei perturbato
ad navem Sancti Petri gubernandam et ad annuntiandum Evangelium etiam vigor
quidam corporis et animae necessarius est, qui ultimis mensibus in me modo tali
minuitur, ut incapacitatem meam ad ministerium mihi commissum bene
administrandum agnoscere debeam. Quapropter bene conscius ponderis huius actus
plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae, Successoris Sancti Petri,
mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commissum renuntiare ita ut a die
28 februarii MMXIII, hora 20, sedes Romae, sedes Sancti Petri vacet et Conclave
ad eligendum novum Summum Pontificem ab his quibus competit convocandum esse.
Fratres carissimi, ex toto
corde gratias ago vobis pro omni amore et labore, quo mecum pondus ministerii
mei portastis et veniam peto pro omnibus defectibus meis. Nunc autem Sanctam
Dei Ecclesiam curae Summi eius Pastoris, Domini nostri Iesu Christi confidimus
sanctamque eius Matrem Mariam imploramus, ut patribus Cardinalibus in eligendo
novo Summo Pontifice materna sua bonitate assistat. Quod ad me attinet etiam in
futuro vita orationi dedicata Sanctae Ecclesiae Dei toto ex corde servire
velim.”
Yo oigo esta parafrasada y me quedo tal cual. Pero, claro, yo estudié latín en 2º de BUP hace “…tantos años" y lo aprobé con mucha dedicación y esfuerzo.
La dijo Benedicto XVI (Baviera, Alemania, 1927) el pasado 11 de febrero durante un consistorio de cardenales en el que se han decidido 800 beatificaciones y canonizaciones. La inmensa mayoría de los presentes tampoco se percataron de lo que decía (observar al sacerdote que tiene a su lado, ni se inmuta), incluidos los periodistas presentes, esos a los que se les denomina “vaticanistas” porque son los corresponsales en el Vaticano y se les supone que tienes unos grandes conocimientos de lo que se cuece en la vida vaticana.
Solamente una periodista, Giovanna Chirri, supo traducir las palabras y entender que el Papa estaba renunciando al papado. No era una declaración más del Sumo Pontífice. Era una declaración que no tenía precedente en la Historia de la Iglesia (las anteriores renuncias papales no son comparables por el contexto histórico en el que se produjo y el contexto histórico actual). Era una declaración histórica. Se estaba escribiendo la Historia y el primero que diera la noticia se marcaría un triunfo periodístico de primer orden. Y con lo rápido que circulan hoy en día las noticias, a ritmo de Twitter.
Por eso la periodista Chirri es un ejemplo de profesionalidad. Lo que debe ser un profesional. Un trabajador con las cualidades necesarias para el puesto de trabajo que ocupa. Si la lengua oficial del lugar donde ejerzo el periodismo es el latín, pues aprendo latín. No vale con decir que en la facultad no me han enseñado latín. Así es como se marcó el tanto de dar la primicia de la renuncia del Papa.
Tenemos que ser profesionales en nuestro trabajo, incluso antes de empezar a trabajar. Debemos hacernos un perfil profesional del puesto de trabajo al que queremos aspirar (que funciones se realizan y que herramientas se utilizan) y, a continuación, un análisis DAFO personal (nuestras debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). Y una vez estudiado corregir nuestros puntos débiles y fortalecer los fuertes. Porque en una sociedad con 6 millones de personas en paro no nos podemos permitir el lujo de no hacer nuestro trabajo lo mejor posible.