Las novelas, tituladas “Tierra Firme”, “Venganza en
Sevilla”, y “La Conjura de Cortés”, se desarrollan en el Caribe a finales del
siglo XVI y comienzos del XVII. Ha sido como volver a mi adolescencia cuando
leía a Robert L. Stevenson (Edimburgo, 1850 – Samoa, 1894) y su“La Isla del
Tesoro” o a Emilio Salgari (Verona, 1862 -
Turín, 1911) y su“Sandokán, el Tigre de Malasia” o “El Corsario Negro”.
Eso sí, con una mejora considerable. La historia de la conquista española está
descrita desde el punto de vista, no de un escritor extranjero (principalmente
inglés) sino de una escritora española muy bien documentada sobre las
costumbres y las formas de vida de la época. Y, además, la protagonista no es un hombre sino una mujer.
Cuentan las andanzas de Catalina Solís una joven toledana
huérfana y casada por poderes con un desconocido, socio de un tío suyo que
vivía en isla Margarita en el Caribe. Durante el viaje que le llevaba a conocer
a su esposo es atacado el mercante por unos piratas. En el ataque muere su
hermano Martín y, vestida con las ropas de su hermano, Catalina consigue saltar
al agua. Sola llega a una isla desierta donde consigue sobrevivir siendo
rescatada, pasados unos meses, por un comerciante llamado Esteban Nevares. Este
hace pasar a Catalina como su hijo ilegítimo que ha encontrado en uno de sus
viajes por lo que, a partir de entonces, Catalina va a ser conocida como Martín
Nevares, hijo de Esteban Nevares, tomando como nombre de pila el de su hermano
fallecido.
No se trata de una novela de piratas, sino de
contrabandistas. ¿Y cuál es la diferencia?. Pues a Catalina, o Martín, se lo explica
su padre Esteban de esta manera:
“–El pirata viene y roba –me explicó–. El corsario viene y
también roba, pero dice tener un permiso escrito de su soberano para hacerlo.
El contrabandista viene y mercadea ilícitamente pero, si se tercia, también
roba y, entonces se convierte en pirata o en corsario, si tiene una licencia
real. El pirata que puede antes de robar mercadea. Lo mismo hace el corsario. Y
el contrabandista, a veces, roba antes para, luego, con lo robado, poder
mercadear. ¿Lo has entendido ya?
–Pues, verá, padre… -titubeé.” (“Tierra Firme”. Capítulo
III. Página 113. Ed Planeta.2012)
Y hasta aquí puedo contar. Te recomiendo que leas las tres novelas. No te van a defraudar. Y, seguro, que tu Catalina Solís, o Martín Nevares, no será el mismo que el mío. Ni ningún otro personaje. Esa es la magia de los libros.
1 comentario:
A surcar los mares...!!
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